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Vázquez Lucio, Oscar Edgardo (Siulnas)
Dibujante, historietista, historiador y humorista argentino, nació Buenos Aires el 7 de septiembre de 1932 y falleció en Morón, provincia de Buenos Aires, 1º de octubre de 2013.
Vivió en en la ciudad de Buenos Aires hasta 1956, año en que estableció su residencia en la cercana ciudad de Morón, provincia de Buenos Aires. Antes de saber leer se interesó por los dibujos y años después recordaba en un reportaje que en su infancia y adolescencia sus preferidos eran los personajes de Walt Disney, que venían en el suplemento de historietas de los miércoles del diario Crítica, y los de Dante Quinterno, que miraba en la revista Patoruzú desde su aparición, en noviembre de 1936.
A los once años comenzó a dibujar una revista, que llamó Aleteos, de la que cada mes hacía, a puro plumín (inclusive los textos en letra de imprenta), con pinceladas de color con acuarela, un único ejemplar que durante treinta días circulaba entre familiares y amigos. Esta revista, que tenía ediciones especiales de más páginas a fin de año, la realizó durante tres años y al final de su vida conservaba la colección completa, con excepción de un solo ejemplar.
A fines de la década de 1940 comenzó a frecuentar la MEEBA (Mutual de Estudiantes y Egresados de Bellas Artes, luego convertida en Asociación), una pintoresca academia de dibujo, pintura y escultura ubicada en Medrano 860, en el barrio porteño de Almagro. Tal fue su ingreso al universo de la caricatura. Allí se relacionó con los grandes maestros de la época, como el caricaturista Ramón Columba, y con muchos colegas que con el tiempo descollarían en el dibujo humorístico y otros campos de las artes. En MEEBA, Siulnas creó un periódico mural donde cada semana presentaba las novedades por medio de caricaturas. También realizó allí sus primeras exposiciones.
Siulnas dibuja una caricatura de Ramón Columba, quien observa desde atrás.
Publicó un dibujo por primera vez en las páginas reservadas a los lectores en la revista Ra-Ta-Plan y sus primeras colaboraciones como profesional fueron en la revista Cascabel, donde lucía su estilo de dibujo «modernísimo» para esa época que, si bien recibía elogiosos comentarios críticos en las exposiciones, no fue acogido por ninguna otra publicación. También hacía caricaturas deportivas en la revista La Cancha y tenía a su cargo una sección fija titulada «Y viven su vida», en el diario Crítica. Publicó su primer personaje de historieta, Cristalino, en el diario El Laborista , a los que siguieron Magolín, en la revista Tío Vivo , y Videojito, en la revista Canal TV . Una tira que tuvo mucho éxito, aunque ya en una revista empresarial, fue «Siulnas maneja», con dos protagonistas: el autor de la historieta y su vehículo humanizado: un Citroën 2CV, en la revista Mundo Citroën .
Colaboró en la conocida revista Rico Tipo, mayoritariamente con notas de humor escrito, en la revista Dr. Merengue, preferentemente con humor gráfico; hizo tapas y adaptaciones en historieta semicómica de grandes novelas en Mundo Infantil ; humor gráfico automovilístico en la revista Parabrisas , e ilustraciones —menos humorísticas y con rasgos del estilo de su primera etapa— en la revista El Hogar. Otras revistas que recibieron sus colaboraciones fueron La Hipotenusa y Satiricón en sus primeros tres números.
Entre 1961 y 1962 colaboró en Tía Vicenta en un proyecto que consistía en «disfrazarla» de otras revistas parodiando el estilo de otros colegas; así fue que dibujó, entre otras, su propia versión de la tapa de la revista Claudia que hacía Kali (Raúl Alonso); la de Billiken, de Lino Palacio; la de Enciclopedia Estudiantil, de A. Fedini y la contratapa de La Razón, de varios historietistas.
La primera propuesta que llevó a la revista Tía Vicenta, a partir de su Nº 3, fue la adaptación de tradicionales juegos de mesa a la sátira política, pero hubo muchas otras propuestas acordes con la amplitud de temas que posibilitaba la revista del popular humorista argentino Landrú. Continuó colaborando con Landrú en sus nuevos proyectos editoriales, María Belén y Tío Landrú, luego que el gobierno de facto del general Juan Carlos Onganía clausurara la publicación original.
En 1968, una muestra exhibida en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires titulada «Nuevos materiales - Nuevas técnicas - Nueva expresión» fue su inspiración para crear su «Humor tridimensional, cinético y cibernético», una serie de obras que se apartaban de la tradicional forma plana e incluían perillas, botones y otros elementos que permitían la intervención de los espectadores. La colección fue exhibida por primera vez en la galería de arte «El erizo incandescente», del escenógrafo Luis Diego Pedreira, ubicada en Esmeralda 771, Buenos Aires.
El 5 de diciembre de 1973 vio la luz una revista de la que Siulnas fue fundador, editor y director. Era una publicación localista referida a la ciudad donde vivía, titulada por ello Humorón, lo que no fue óbice para que trascendiera, primero a la Capital Federal y más tarde al interior del país, llegando incluso a Uruguay y Paraguay. Por sus páginas desfilaron muchos humoristas de la vieja guardia, a la vez que dio espacio a nuevos valores. Conforme al estilo de la revista, incluso los anuncios comerciales eran humorísticos. Como anécdota, Siulnas recordaba que uno de sus personajes era El súper Don José, dueño de una librería comercial que, de paso, se publicitaba subliminalmente. La brusca devaluación conocida como el «Rodrigazo» y los avatares económicos posteriores del país lo obligaron en enero de 1978 a cesar la publicación de la revista y su actividad de editor.
Desde 1981 hasta 1983 fue asesor cultural y coordinador general del Museo de la Caricatura Severo Vaccaro; diseñó su isotipo y redactó sus catálogos.
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Muestras |
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De la radio, a la televisión
Museo del Humor
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