Museo del Humor
de la Ciudad de Buenos Aires
del 3 de abril al 3 de julio de 2016
Una elección que fue un cambio de época
Un siglo atrás, el domingo 2 de abril de 1916, tuvo lugar la primera elección presidencial con la ley del voto universal, secreto y obligatorio.
Si bien en el cuarto de siglo previo, los intentos revolucionarios de 1890, 1893 y 1905, habían generado una fuerte presión sobre el régimen conservador de la Generación del Ochenta, bajo el impulso del Presidente Roque Sáenz Peña, una ley del Congreso permitió un cambio de sistema electoral, que fue un cambio de época política.
La llegada de Yrigoyen al poder, fue un cambio político, pero también social. Suele interpretarse que con él, los sectores medios con fuerte presencia de los hijos de inmigrantes, acceden al poder político. Pese a ello, se trató de un proceso complejo, que integró diversas clases sociales y fusionó sectores políticos de diferente origen.
La caricatura es una gran radiografía social de la época y las tapas de la revista Caras y Caretas, una de sus manifestaciones más elocuentes.
Percibir un siglo más tarde Yrigoyen y su primera victoria electoral con los ojos de la época, es al mismo tiempo recordarlo y conocerlo en una visión que completa la interpretación de la historia.
Rosendo Fraga
Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría
Un siglo atrás: Yrigoyen primer presidente elegido por el pueblo
1916 no es un año cualquiera para los argentinos. Se celebraron cien años de nuestra Independencia nacional, aunque de modo mucho más austero que los fastos del centenario de la Revolución de Mayo seis años antes. Además el mundo vive en plena conmoción por la gran conflagración europea que tiene en vilo a toda la población mundial. Para entonces se desarrolla la trágica y decisiva batalla de Verdún.
Paralelamente hay una intensa producción intelectual y científica. Sigmund Freud publica su Introducción al psicoanálisis y Albert Einstein desarrolla su teoría de la relatividad. En nuestra tierra las letras y las artes se enriquecen con la aparición de Cuentos de amor, de locura y de muerte de Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones reivindica el Martín Fierro en una serie de conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires y surge una nueva poetisa que dará que hablar: Alfonsina Storni.
Pascual Contursi escribe la letra a una pieza musical del violinista Samuel Castriota titulado "Lita" cambiándole el título por "Mi noche triste" que, cantado y grabado por Carlos Gardel (que el 16 de septiembre debutó en dúo con José Razzano en el Teatro Esmeralda) marcó el inicio del tango canción que revolucionaría la música argentina triunfando luego en todo el mundo. La revista Fray Mocho publica la nota titulada "El carbonero" dedicada a un joven y talentoso pintor que empieza a hacerse conocer: Benito Quinquela Martín.
La pujanza de la incipiente industrialización nacional se materializa en el extremo sur de la capital, más precisamente en La Boca del Riachuelo, verdadero núcleo productivo y fabril en torno al puerto, donde la Compañía Italo Argentina de Electricidad manda a construir un magnífico edificio en piedra y ladrillo a la vista con reminiscencias de palacio florentino que albergará una potente usina para alimentar de energía al sur porteño. El lugar elegido para su instalación en la ribera es la esquina de Pedro de Mendoza y Senguel, a la vuelta de un sitio que ya es mítica sede de una pasión de multitudes: el primer estadio del Club Atético Boca Juniors y a pocas cuadres del de su clásico adversario (y todavía vecino) el Club Atlético River Plate.
Pero también es un año en que se concreta la más trascendente reforma en materia política de la historia argentina: Se realizan las primeras elecciones presidenciales bajo la Ley Sáenz Peña - que lleva el nombre de su impulsor el fallecido presidente Roque Sáenz Peña- y que establece el voto universal, secreto y obligatorio, con padrones militares únicos bajo control de la justicia federal; dejando así de lado las prácticas fraudulentas que burlaban la voluntad popular.
La UCR conducida por Hipólito Yrigoyen abandonó la vía revolucionaria y la abstención que deslegitimaba el sistema político resolvió participar de los comicios. Lo hizo representada por la fórmula Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna, proclamada pocos días antes de la elección celebrada el 2 de abril, en la que obtuvo algo más del 45% de los sufragios, pero el doble de votos de sus adversarios conservadores. Pero la elección era indirecta y al no obtener mayoria propia en los colegios electorales, se desataron maniobras febriles para convencer a un grupo de electores radicales disidentes de Santa Fe para que inclinaran sus votos por el conservadorismo u otras opciones. Yrigoyen, irreductible, no pidió el apoyo a nadie: "Que se pierdan cien gobiernos, pero que se salven los principios".
Finalmente los colegios electorales votaron mayoritariamente ratificando la voluntad popular e Yrigoyen asumió la primera magistratura el 12 de octubre, en medio de la algarabía popular. Sin embargo estaba triste, esa misma mañana murió su amigo y correligionario Gabino Ezeiza, payador que inmortalizó la gesta de la "Heroica Paysandú" y había llevado su arte por todo el país y más allá.
Para entonces, los dibujantes y humoristas de las principales revistas de la época, daban rienda suelta a su ingenio retratando y satirizando al nuevo presidente que hasta entonces, y por su hábito de no mostrase en eventos sociales y no hablar en público luego de varios lustros de conspiraciones, era un auténtico desconocido.
Diego Barovero
Vicepresidente
Instituto Nacional Yrigoyeneano |