Biblioteca Nacional
del 13 de octubre al 12 de noviembre de 2004
Hotel Algeciras Pinamar
del 16 al 31 de enero de 2006
Centro Municipal de Artes Visuales (CEMAV) Villa Gessel
del 15 al 28 de febrero de 2006
Estas ilustraciones de grandes dibujantes de Caras y Caretas y otras revistas argentinas del s. XX, nos permiten ver un momento excepcional de la historia de la industria gráfica en la Argentina, en su clásica alianza con la escritura periodística y la lectura de masas.
No es posible imaginar el mundo moderno sin esta relación, que por un lado anticipa al cine, y por otro lado, lo acompaña desde un género que puede desaparecer o ser superado.
Las palabras buscan las imágenes y estas no dejan de reclamar esa comunión que a veces ellas suplican y muchas veces aborrecen. Por eso, ni siquiera en la cinematografía más reflexiva se logra la fusión última y no residual entre texto e imágenes.
Así, esa fisura insuperable la que supervive en las grandes revistas –como lo fue Caras y Caretas- y hasta hoy sostiene las aventuras de un género antiquísimo, el dibujo, en su vocación de convertirse en el arte de la compleja y atropellada ciudad contemporánea. Pero no cualquier tipo de dibujo. En este caso se trata de un estilo que hereda largamente la manera alegorista y no se priva de conjugar las crispadas síntesis del caricaturista con las fórmulas tradicionales de la alegoría.
Eran imágenes con palabras, que en la candorosa intención de explicar los conflictos y tragedias de la realidad histórica, revelaban hasta que punto la imaginación ilustradora ahondaba los grandes temas del ensayo y la crítica social de una manera que hoy nos parece deliciosa y al mismo tiempo absolutamente actual.
La Biblioteca Nacional se complace pues en presentar esta importante muestra.
Horacio González
'Resulta difícil imaginar, que hubiese sentido nuestro abuelo Hermenegildo Sábat, al enterarse que su bisnieto, Alfredo Sábat, colabora en la recreación de 'Caras y Caretas', en la que él publicó varios dibujos hace más de un siglo. Lo que no hubiera sido motivo de sorpresa, es advertir que la caricatura política aún está viva, más allá de regímenes que intentaron debilitarla, cuando no abolirla’
Hermenegildo Sábat
Caricatura Política del Siglo XIX
La caricatura política ha sido, históricamente, un instrumento utilizado para la crítica satírica. En algunas ocasiones su marca era la sutileza; en otras, la agresividad política se combinaba con el humor. Pero, efectivamente, la caricaturización de personalidades políticas se fue convirtiendo en una de las formas a partir de las cuales la prensa se acercaba al lector, tratando de provocar una reacción.
Y, de esta forma, se transformó en el signo de algunas de las publicaciones periódicas argentinas más reconocidas de la segunda mitad del siglo XIX y de comienzos del XX que, a partir del uso del humor gráfico plantearon su visión de la realidad política, social y económica del país.
En este sentido, publicaciones periódicas como Don Quijote (cuyo primer ejemplar se publicó el 10 de agosto de 1884), El Mosquito (que vio la luz el domingo 24 de mayo de 1863) o la clásica revista Caras y Caretas (aparecida en el año 1898) han marcado un estilo y una tradición en la caricatura política argentina. Y esto se debe a la calidad de sus humoristas gráficos. Personalidades de la talla de Eduardo Sojo (Demócrito), José María Cao Luces (Demócrito II) Manuel Mayol (Heráclito) dejaron su impronta en Don Quijote; Henri Stein fue el alma de El Mosquito, con la particularidad de que también se convirtió en dibujante de una publicación de corta vida en la década de 1870 denominada La Presidencia, bajo el seudónimo de Carlos Monet. Y Mayol y Cao también participaron en la aventura de Caras y Caretas, sucedidos posteriormente por Eduardo Álvarez, entre otros.
María José Valdez
'Resulta difícil imaginar, que hubiese sentido nuestro abuelo Hermenegildo Sábat, al enterarse que su bisnieto, Alfredo Sábat, colabora en la recreación de 'Caras y Caretas', en la que él publicó varios dibujos hace más de un siglo. Lo que no hubiera sido motivo de sorpresa, es advertir que la caricatura política aún está viva, más allá de regímenes que intentaron debilitarla, cuando no abolirla’
Hermenegildo Sábat |